El Spam es una de esas cosas con las que todos los que usamos internet lidiamos de algún modo u otro. Está presente en muchos medios y redes sociales y, aún con la ayuda de programas y algoritmos que se encargan de suprimirlos, de algún modo es imposible deshacernos de este problema.
La cosa es que el Spam, de hecho, lleva mucho más tiempo con nosotros del que muchos pensaríamos y todo data de los años setenta.
La palabra Spam proviene de la era de la Segunda Guerra Mundial, cuando los familiares de los soldados en batalla les enviaban comida enlatada, entre esos alimentos se encontraba una carne llamada Spam (contracción de ‘Spiced Ham [jamón con especias]) que sigue siendo muy común de encontrar en los super mercados.
Sin embargo, el uso del término para fines informáticos se comenzó a usar décadas más tarde, gracias a este sketch de Monty Python’s Flying Circus:
El Spam tiene su origen un día 3 de mayo pero de 1978, gracias a un mensaje de un encargado de marketing de la difunta compañía DEC a cerca de 400 computadoras usando ARPANET, el precursor del internet que era utilizado por el gobierno estadounidense.
Sin embargo, el primer Spam enviado mediante un servicio de correo electrónico nació el día 5 de marzo de 1994, ya que una firma de abogados llamada Canter and Siegel publicó en Usenet un mensaje de publicidad de su firma legal; solo un día después de su publicación, la firma facturó cerca de $10 mil dólares por casos de sus amigos, así como de lectores en la red y así nació el Spam moderno.
El Spam es muy común dentro del correo electrónico y todavía se llega a acumular mucho en nuestras bandejas de correo no deseado pero también lo podemos encontrar en foros, blogs, las diferentes redes sociales, servicios como IRC, correo postal, wikis, chats, incluso como mensajes de texto en nuestros celulares.
De algún modo, ahora es más sencillo lidiar con el spam pero es de esas cosas que nunca desaparecen realmente y, por el contrario, logran evolucionar y adaptarse a los nuevos medios.
El spam es uno de esos males que parece que llegaron para quedarse y parece ser que seguiremos padeciéndolo por varias generaciones. ¡Feliz cumpleaños 38, spam!
