Un estudio dado a conocer la semana pasada en la revista científica PLOS One, en el que se analizó el comportamiento de los jugadores de Halo 3 cuando eran confrontados a adversarios masculinos y femeninos.
Los investigadores percibieron que cuando el adversario era hombre, los dos se tratan con cierta cordialidad, no importaba que fueran malos o buenos en el juego, los hombres estudiados se mostraban siempre amables.
Sin embargo, cuando la otra persona era una mujer, el nivel de agresividad con el adversario era notoriamente mayor y más si el jugador varón se veía rebasado por su oponente, algunas de las frases utilizadas por los agresores eran: “¡cállate tonta!”, “¡mejor ve y hazme un sándwich!” y “¡tonta, me estás robando los puntos!”. Contrario a los hombres que si sabían jugar, ya que estos de vez en cuando elogiaban a su adversaria.
Michael Kasumovic, uno de los responsables de este estudio sugirió al Washington Post que la agresividad de los malos jugadores muestran hacia las mujeres podría tener que ver con una cuestión de posición social, la llegada de los nuevos jugadores (las mujeres) al grupo no es problema para los hombres que si saben jugar, a diferencia de los que no saben jugar, ya que para ellos representa una amaneza.
“El aumento de hostilidad para con las mujeres por parte de los hombres de status bajo puede ser una forma de rebajar la posición de la mujer y suprimir la perturbación que ésta crea en la jerarquía”, explica Kasumovic.
Un estudio del 2014 divulgado por The Guardian señala que en varias regiones el porcentaje de chicas que juegan ya es mayoría: 52%.
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